¡Hola, comunidad!
Una muy querida amiga vino a cenar la otra noche. Es adiestradora de perros de asistencia para ciegos y todo tipo de discapacitados, incluyendo autistas. Algo increíble lo que consigue hacer con los animales. El caso es que le pusimos esta película y mientras ella reía y lloraba como una posesa (yo lo hice la primera vez que la vi, la película, no a ella), yo me maravillaba con el guión. ¡Qué delicia! Cuando dividen la narración en dos planos, los expedicionarios de vuelta a Japón y los perros abandonados en la Antártica, dan una lección magistral (el guión lleva cuatro firmas). ¡Cómo desarrollan las diferentes personalidades de los karafuto para poder dramatizar su aventura! Hay, de hecho, un par de momentos mágicos, de esos que rara vez te encuentras en un guión (los perros teniendo un espejismo en medio de la nieve y viendo la Aurora Boreal, intentando entender y, desde luego, aprender; sobrecogidos y compartiendo claramente la experiencia; poniendo a sus personajes en la misma talla que los humanos, reaccionando posiblemente igual, inteligentes...) que hacen de ésta una película de singular calidad narrativa.
Una delicia.