el cine es una cuestión de emoción, y unas cosas nos emocionan más que otras, pero la emoción también es una cuestión personal .
Me has hecho recordar un debate que se generó en el cine-club de mi escuela después de ver
También los enanos empezaron pequeños de Werner Herzog, sobre la importancia de la historia (no del guión, no confundir) en una película. Había quien decía que una película realmente no tenía por qué contar una historia, recuerdo que lo critiqué aunque probablemente hoy me hubiera puesto de su parte.
Puedes ver una película con una historia realmente atractiva, donde se puede contar la historia de un imperio, con doscientas batallas, miles de extras y multitud de escenas coloristas y quedarte dormido, pero por otro lado puedes quedar abosorto viendo como está retratado en otra película el más nimio acontecimiento en una familia cualquiera.
Personalmente creo que a una película lo único que se le puede pedir es que esté bien hecha, generalmente, el director cuando rueda lo hace en base a unos planteamientos concretos, intenta mostrarnos algo, tal vez contarnos una historia grandiosa, un mero divertimento sin pretensiones o tal vez una historia sencilla. Que nos guste una u otra, eso ya es otro cantar, eso depende de cada uno.
Cuando una película no me ha gustado, pero por otro lado veo que a muchos encandila, simplemente pienso que no era para mi. Si algo está bien hecho (doy por hecho que sabemos apreciar la buena factura de un film) y no me gusta, pues nada, no me gusta señalar con el dedo diciendo que ver esa película es más aburrida que sentarse a ver crecer el musgo, simplemente pienso que yo no le pillo el punto y ya está. Por desgracia no me pueden gustar todas la películas que veo.
¿qué me interesa más, la historia de una muchacha que no se quiere casar por no dejar sólo a su padre o la de una pareja que no acaban de encontrarse y se destruyen? Pues para mi la segunda, qué quieres que te diga.
Si la primera historia la rueda Ozu, yo preferiría ver la primera (es sólo cuestión de gustos). Pero no por la historia sino por la forma en que me la cuentan. La puesta en escena de Ozu es apabullante, milimétrica, los personajes son retratados de forma maravillosa, de una forma que parece que es sencilla, tal vez esté ahí el secreto de su magia como dice Silien. Nada que ver con la forma de rodar de Mizoguchi por ejemplo (magistral también, está claro).
Un saludo.