Bueno, vista. Es un drama muy correcto sobre la aceptación de una enfermedad, como otros tantos que hay en el cine Japonés, pero muy bien llevado y sin caer en la excesiva sensiblería. De esas películas que sirven para relajarte y dejarte con el corazón calmado. Muy recomendable.
¿Lo mejor? Las vistas de Nagasaki, probablemente la ciudad más pintoresca que he podido visitar en Japón. Qué buenos recuerdos.