Si Danny Lee justifica el accionar policial como lo hace en esta película, menos mal que se dedicó al cine
Al margen de eso, creo que lo que más rescato de esta película, es que siendo una película que tiene a las fuerzas del orden como protagonista, sobrevuela continuamente la falta de respeto hacia la autoridad, por un lado Lee en su papel de policía solitario y despreciado (en cierta medida) por sus pares, no por sus subordinados, y por otro lado Anthony Wong, más malo que la bomba atómica pero con un cierto sentido de la ética y el honor.
En la superficie y en el fondo, ambos son iguales, solo que cada uno está de un lado distinto en el reparto de fuerzas, y finalmente sus acciones aparecen guiadas por una fuerza natural (es decir no humana, no construída culturalmente) o una ley natural (algo siempre presente en el cine de acción hongkonés) que no es más que la supervivencia del más fuerte. En este contexto, ser policía o tríada o mafioso es puramente anecdótico. Lo que vale es la superviviencia. Esto también está presente en este género, en algunas películas más que en otras. La verdad es que es una gran película llena de acción (particularmente violenta para mi gusto, por el contexto más que por el grado de violencia) y humor (algo siniestro pero humor al fin)
Y nuevamente, el final, me dejó atónito, salvaje como pocos. En fin, hay que verla.