Ya conocía la entrevista que ha traducido Silent. Confirma lo peor. El Kitano se lo ha creído. Se le ha subido a la cabeza que es un puto genio y ha hecho uno de los ridículos más espantosos que se recuerdan. Hasta dice que ya no sabe que peli hacer después de Takesis. Madre mía, está acabado.
Se veía venir con Dolls, se veía venir. Algo tan pretencioso y, al mismo tiempo chorras a más no poder, no presagiaba nada bueno.
Sólo recuerdo un caso tan triste de un director interesante que se vuelve gilipollas... Nikita Mikhalkov. No sé si os acordaréis de este director ruso que a finales de los ochenta es que era considerado casi un dios del cine por los críticos. Mira que no daban la paliza con este hombre en "Dias de cine". Que si era el mejor director del mundo, que si era un ejemplo del cine opuesto al comercialismo americano...
Pues bien, el tío se lo creyó y empezó a rodar pelis semidocumentales y cosas experimentales con la punta del capullo, porque para eso era un genio, hasta que cayó el régimen comunista, se volvió ya totalmente loco y se presentó a presidente por el partido zarista y rodó una superproducción titulada "El barbero de Sibera" (una especie de "Lo que el viento se llevo" pero en la revolución rusa), dirigida y protagonizada por él, para hacerse propaganda de su candidatura como nuevo zar de Rusia. Poco más o menos.
Los críticos europeos se quedaron de piedra. Un silencio sepulcral se hizo en toda las cinematecas de Europa. Nunca más se volvió a hablar de Mikhalkov en "Días de Cine".
Y yo aún me troncho. Porque la verdad es que no soportaba las pelis de ese plasta.
Si es que se les ve venir... se les ve venir...