Cualquiera que vea el poster puede pensar que estamos ante la típica película comercial japonesa sobre adolescentes pero nada que ver, es un peliculón, formalmente de una sobriedad y de una limpieza que impresionan, lejos de la artificiosa pretenciosidad de directores como Iwai, y en el contenido exactamente lo mismo, al contrario de los pederastas directores del cine independiente americano o el mismo Iwai la película no trata de adolescentes
disfuncionales ni conflictivos, sino de adolescentes normales y corrientes, como el 99´9% de los adolescentes de todo el mundo, y obviando la literalidad del argumento la película trata del aburrimiento adolescente, en este caso de unas adolescentes, porque no nos engañemos, todo adolescente es un rebelde megalómano
en potencia de imaginación desbordada pero generalmente la realidad le suele desmentir, y si hay dos palabras que definan la adolescencia son: aburrimiento y tristeza.
Si la película hubiera sido americana la hubieran protagonizado unas animadoras con las hormonas disparadas y sedientas de sexo, pero aquí no, son un grupos de amigas que se divierten con la música y que tienen problemas, inquietudes, y rebeldías de andar por casa, de andar por instituto, otra prueba más de que el
cine japonés está a años luz del resto y que para mostrar el mundo de la adolescencia no hace falta llenar la pantalla de adrenalina y hormonas.