Bueno... segunda película vista, después de 'Still life' de Jia Zhang-ke.
No sé si será arriesgado (sospecho que no lo es) afirmar que se trata de un director inteligente, rico, original, audaz, libre...
Cuando se nos queda la pantalla en negro definitivo y empiezan a aparecer los títulos de crédito, uno no acaba de creerse que de aquel comienzo de las tiritas se haya podido ir construyendo de esa manera...
Es tan distinta pero tan semejante a 'Still life'... Y es que es tanta la fiereza del progreso en sus diferentes manifestaciones...
En 'Still life' era lógico que nos sintiéramos desolados, porque se nos presentaba un paisaje en ruinas y el sentimiento de pérdida era indiscutible... pero en 'The world' se nos rompe la lógica porque es lo perfectamente construído, lo supuestamente deseable, lo que nos hunde en la desolación que causa la modernidad absurda y frívola.
En cada plano de carreteras, en cada rascacielos a lo lejos, en cada tren monorraíl, en cada bolsa de Louis Vuitton, encontramos más y más sinsentido. Pocas veces las grandes maravillas del mundo serán tan reprochables, pocas veces la belleza tanto se tornará en fealdad que incluso el Partenón o las Pirámides nos causarán horror...
Conforme van pasando los minutos después de haberla visto, se va haciendo más inmensa. La genialidad de incontables planos y movimientos de cámara se nos va agolpando en la mente y la gravedad de lo que se nos ha mostrado se nos hace patente de manera inevitable...
Tiene este hombre una manera tan callada y serena de entristecernos... tan a la manera en que nos entristecen las películas de Ozu... porque... ¿no veis un claro homenaje al director japonés en el plano de los dos ancianos que después de haberse vendido aparecen sentados en la azotea de un edificio en obras, con el fondo de esos pilares con los hierros al aire? Es como que esperan lo único que les queda esperar...
Y pido disculpas por la parrafada.