La verdad es que ya se me había olvidado un poco como es la acción al viejo estilo hongkonés (es decir, rompiéndose los huesos), y de vez en cuando está bien volver a ello, y bueno, Jackie Chan es una buena ocasión. Además, aquí las coreografías agrupaban a una cantidad enorme de pesos pesados: por un lado, Sammo Hung, que manejaba al equipo de especialistas suyo y al de Jackie Chan, y por otro, dado que es una película con coches (y muchos), se cogieron a los dos especialistas máximos en la cuestión: Bruce Law y Frankie Chan. El resultado, claro está, es espectacular, pese a que tiene ciertos "detallitos", que ya apuntaba acbarra.
Para empezar, Jackie Chan está doblado en bastantes escenas. Había acabado lesionado de su película anterior y tuvieron que hacerlo, por lo que muchas de sus intervenciones están cogidas en planos cortos (obviamente para que no se le vea la cara). Seguramente de ahí su agilidad para 40 años
. Aunque, todo se dicho, de agilidad siempre fue bien.
Luego está la parte de la carrera final, en la que tuvieron algún pequeño contratiempo. Tuvo que rodarse en vez de en Japón en Malasia y allí... les pusieron límites de velocidad. Eso les obligó a acelerar la película y a convertir esta última parte en una especie de alucinantes y alucinados "coches de choque" o mejor "choque de coches". Si no murieron la mitad de los especialistas, no les fue mal.
Nota: Mitsubishi siempre ha estado es la películas de Chan. Si encima es de coches... Y no olvidemos que el cine hongkonés no es cine de autor sino comercial, luego lo que haga falta (hasta las tías ligeras de ropa con las chaquetas de la marca que no pintan absolutamente nada).
El conjunto tiene momentos trepidantes (es especial la escena en la sala de pachinko), y otros no tanto, pero es que no te da para pensar mucho. No será de lo mejor suyo, pero el rato más que entretenido no hay quien te lo quite. Puro espectáculo.
Como suele ser habitual, en una película toda acción y aceleración, para poner momentos estáticos tenemos a Michael Wong, que siempre tuvo graves problemas expresivos... Pero qué sería del cine cantonés sin sus apariciones estelares en su inolvidable inglés...