jidaigekipedia.comCausa comúnSinopsis: tres granjeros secuestran a la hija del magistrado y se encierran en un molino reclamando reformas que les permitan vivir con dignidad. En ese mismo lugar aparece fruto del azar un samurai vagabundo, Sakon Shiba, que se gana rapidamente su confianza y decide ayudarles aún a riesgo de su vida. Para poner fin a la situación, el magistrado envía empleados del clan, ronin mercenarios, asesinos a sueldo y criminales convictos. Entre esa maraña de indeseables hay dos que por diferentes motivos se unen a la causa.
Fue la primera película de Hideo Gosha y su toma de contacto con el cine chambara. Algunos, incluido yo hace unos años, la consideran una "edición de bolsillo" de
The Seven Samurai de Akira Kurosawa. La verdad es que ahora, salvo por el título (
Sanbiki no samurai-
Shichinin no Samurai), no le veo ningún parecido destacable. Es cierto que son tres samurais/ronin que defienden a los humildes campesinos frente a aquellos que les oprimen, pero con descripciones tan generales se pueden emparejar películas muy diferentes. Aquí el director va dando cada vez más protagonismo a los tres forajidos, hasta que pasado el ecuador la trama se centra por completo en el enfrentamiento con el magistrado y relega a los granjeros a un discreto segundo plano.
Tenemos tres claros protagonistas. Shiba (Tetsuro Tamba) es “el Kambei” de la película (por aquello de la comparación), el que analiza la situación y toma las decisiones, aunque destaca sobretodo por su habilidad con la katana. Jimbei (Kamatari Fujiwara) es un hombre humilde, campechano y con buenos sentimientos, que aporta pasión a la aventura. Y finalmente Kikyo (Mikijiro Hira), cuya actitud recuerda mucho a los típicos personajes de Tatsuya Nakadai, escupiendo indiferencia por donde quiera que va. Habrá quien crea que he metido un spoiler al mencionarle como último integrante del terceto, pero además de ser algo previsible, es un hecho que nos adelantan el cartel y la carátula del DVD.
La banda sonora sólo se percibe durante los dos minutos de presentación y créditos. Desde ese momento hasta el final pasa totalmente desapercibida, centrando toda nuestra atención en las imágenes, rodadas en blanco y negro por un director que se pasó poco después al cine a color. Las coreografías de acción son un tanto exageradas y no están demasiado cuidadas. En un par de ocasiones se recurre al cambio de cámara para no mostrar al protagonista desbordado frente a varios contrincantes. Además el efecto de sonido utilizado para las espadas que cortan el aire es el mismo que para las que cortan a un adversario, lo que crea confusión en alguna que otra escena. A destacar dejo las exhibiciones de Jimbei con la lanza.
Diría que le falta algo para poder situarla en el mismo escalón que las grandes de Hideo Gosha, así que dejaré la valoración en un
recomendable. Sobretodo no debería dejarla pasar el que tenga interés por la filmografía del director.