Bueno, anoche desempolvé ésta, que la tenía pendiente de ver desde hacía tela.
Simplemente magnífica, una
ghost story delirante por momentos, con ambientación de
jidai-geki y aroma de leyenda, arropada por una fotografía y una banda sonora estupendas.
Wakayama está inconmensurable, la verdad, un papel ideal para él, y que se hace difícil, si no imposible, imaginar a cualquier otro en su lugar.
Grande
Shinoda