es un final más conciliador del que parece el contacto se concreta, aunque definitivamente no es el triunfo del amor que sería el caso de The hole.
Estoy de acuerdo contigo
anikiba. Más que el triunfo del amor se produce el triunfo "inevitable" de la pasión y del sexo como consecuencia de la atracción (algo que no es contrario al amor, sino que participa de el), pero producto de la frustración afectiva y de la necesidad de amar (principalmente plasmado en la prota, y también en él), con todo lo que conlleva de cosificación del objeto amado (plasmado principalmente en el prota), algo bastante común en el mundo actual. Creo que es lo que reitera el final: la obsesión sexual, producto de la atracción, del amor, de la fantasía, mezclada con cierta frustración amorosa y necesidad de ser querido.
Es un tema complejo de desarrollar. Para contarlo, Ming-liang lo ha hecho sin tapujos, con una dirección artística verdaderamente digna. Lo que me llama la atención del film es que todo apuntaba a que los protagonistas iban a llevar su relación por otros derroteros, más "románticos". Finalmente, ocurre algo que sin ser contrario al romanticismo si que manifiesta las tendencias obsesivo-sexuales del ser humano, de las que los protagonistas no pueden escapar. Reitero, tremendo film.
Como sugerencia, esta película podría verse en una sesión acompañada de cualquier peli modosito-romántica hollywoodiense (la que vosotros queráis...). Nos parecería que vivimos en mundos completamente distintos, no sólo a nivel relacional de pareja, de como se vive el amor, sino también a nivel moral.