Yo, intentando buscar razones a porque me apasiona tanto el cien japonés de los 80 llegué a dos puntos importantes: el haber pasado mi adolescencia durante esa década, con lo que la estética no se me hace nada raro, al revés, la miro con cariño, y que mi introducción definitiva en el cine japo fue en esa década gracias a los ciclo de La2 que incluian, aparte de los grandes clásicos nipones, muchas películas japonesas recientes en ese momento. Y todo gracias a la denostada Pilar Miro, a la que nunca le agradeceremos lo suficiente la gente de nuestra edad su labor por la promoción por el cine de calidad mientras fue directora de televisión española.
Lo que menos me ha gustado ha sido el final, porque sigue un poco esa línea tan poco original del "todo fue un sueño" (o la alucinación de un demente, no sé, pero para el caso poco importa). Lo suelen decir en los cursos de guión y tienen toda la razón: si quieres cargarte una buena historia, di que al final todo fue un sueño.
Yo no lo veo exactamente así. Lo que en mi opinión se nos muestra es un dia entero en la mente de un enfermo mental, que se despierta sin recordar quien es y que a través de sus alucinaciones consigue darse cuenta de su locura cuando hasta ese momento se cree totalmente cuerdo, pero que llegados a este punto, que podría ser el comienzo de su posible rehabilitación, llegará otro dia y todo volverá a empezar desde el principio en su mente.
Un saludo, profe
Pues la verdad es que el final, tal como lo has visto tú, se degusta mucho mejor.
Y estoy totalmente de acuerdo con tu explicación sobre por qué nos gusta el cine de los 80. Yo me crié en circunstancias parecidas a las tuyas, es decir, que también pasé mi adolescencia en aquella década, y quizás por eso estoy totalmente habituado a sus códigos audiovisuales, porque crecí con ellos. Y es verdad, la tele pública (la única que había en España) tenía amplios espacios de calidad, lo que incluía la emisión de buen cine, aunque fuese a las 2 de la madrugada, pero por fortuna ya estaba extendido el vídeo en nuestro país. Y por supuesto, Pilar Miró fue la principal responsable de que en aquella época hubiese en España una televisión pública mucho más decente que la actual. Sí, yo creo que si se la denostó no fue por su política de gestión televisiva, que ha sido de las mejores, si no la mejor, que hemos tenido en nuestra historia, sino por aquel escándalo que hubo con ciertos presupuestos públicos que ella dirigió a su propio vestuario. En cualquier caso, aquello nunca quedó claro y, por supuesto, es ya otra historia.
Un saludo