No dejará de sorprenderme nunca la estupidez de la crítica española actual, mejor dicho traductores, que son capaces de ensalzar únicamente por seguidismo películas tan deshonestas, aparentes, falsas y afrancesadas como “Shara” de Kawase y “Un couple parfait” de Suwa, y dejan pasar una película tan sencilla, honesta, bonita y perfecta como ésta (tan sólo me sobra la música más que nada porque las imágenes se sostienen solas, aunque no molesta, cosa que no se puede decir de Claire Denis, por poner solo un ejemplo, hay demasiados), y tan profundamente japonesa, y lo triste es que es sencillamente por vagancia, ignorancia, prejuicio, y falta de curiosidad y de criterio personal, con la mula e internet ya no hay excusas.
Recomendada para los que se enamoraron de “The taste of tea” de Katsuhito Ishii y “Sleeping man” de Kohei Oguri, de cabeza a mi lista de las 10 mejores del cine japonés actual, junto con éstas dos, tres obras claves, fundamentales (sin olvidarme de “Su-ki-da” de Ishikawa y “The warmful insect” de Shiota), y en cierto modo gemelas, más bien trillizas, que representan el verdadero camino a seguir por el cine japonés, por el cine mundial, el camino de la tradición, el camino del origen, el camino de la sencillez, el camino de la imagen, lejos de modas pasajeras posmodernas y acinematográficas de cámara escoba, que olvidan que lo importante no es la cámara y su estúpido movimiento hipnótico para ilusos, como lo es la lavadora para los niños, sino la imagen, es la imagen la que da el movimiento no la cámara, algo que de tan evidente parece que se ha olvidado, que se lo digan a Gus Van Sant y a sus numerosos borregos steadycamelos.
Un verdadero homenaje a Ozu, (y no la estupidez de Kiarostami, que las bromas están muy bien pero cuando se alargan pierden su gracia, que para hablarnos de la imposibilidad de hacer ficciones y de narrar (imposibilidad para él) no hace falta reírse del espectador, si ya no cree en el cine que se dedique al ganchillo que es más barato, de momento la gran bacalada del nuevo milenio a nivel mundial, a nivel español “Honor de caballería” de Albertito Serra, dudo mucho que otra película la pueda superar, es imposible) , y teniendo en cuenta que es una ópera prima el mérito es mucho mayor, por no hablar de la valentía que supone poner como protagonista absoluta a una japonesa normalita y corriente y no a la típica muñequita de porcelana, lo dicho, imprescindible para los que les guste el cine, al resto un aviso, esta temporada se llevarán las motos filipinas, ataros los machos.