Para ser una ópera prima, no está mal, y, además, contiene ya de forma muy obvia semillas de lo que luego se convertirán en las señas de identidad de sus obras de madurez (a saber: personajes inadaptados y al margen de la sociedad, mujeres abandonadas o maltratadas, incomunicación entre los personajes, violencia física explícita, gusto por las situaciones metafóricas y poéticas). Sin embargo, todos estos gérmenes se presentan aquí de forma rudimentaria, algo tosca, sin depurar, por lo que el conjunto final resulta un poco desequilibrado y torpe. Aún así, es una película con detalles interesantes y que ayuda a comprender el desarrollo posterior de este director autodidacta que se convirtió en maestro.