Vista.
Y acá siento que Ozu empieza a variar. De todas las que vi hasta ahora es la primera vez que se muestra un beso, por ejemplo.
Pero tampoco se recrea mucho más allá, en tanto el peso está en otra parte.
Algo bastante común en Ozu, por lo que vi hasta ahora, no es la acción lo que cuenta, si no el resultado o la consecuencia de la misma.
No deja de ser otro de sus dramas familiares, pero esta vez más dirigido hacia la intimidad del matrimonio.
Por otra parte se empieza a ver otra ciudad, llena de gente yendo a trabajar, más diáfano todo.
Además, me parece la película más distendida de su período sonoro.