¿Sufres de mareos? ¿Nauseas? ¿Eres epiléptico? Si la respuesta a todas esas preguntas es "No", tranquilo, que "Carter" ha venido a ponerle solución a eso. 2 horas y 14 minutos de puros mareos y dolores de cabeza. Porque, gracias a esa idea feliz del director de rodar la película en un supuesto único plano secuencia, la cámara no se está quieta ni un puto segundo. Giros de cámara imposibles y planos rebuscados e insulsos (una toma desde los bajos de una furgoneta es interesantísimo, cómo no) ocupan todo el metraje de "Carter". No, no hay un plano-contraplano, pues se acabaría con el efecto de plano secuencia continuo. De modo que el visionado de "Carter" es una experiencia mareante, ya que a los 15 minutos de película estás hasta los cojones del movimiento de la cámara. Y este gran defecto ha echado por tierra todo el visionado de la película. Por suerte, la he visto en 3 trozos espaciados, por lo que no me ha explotado la cabeza como en "Scanners".
A ese problema se le suma una historia muy manida de virus mortal, el cual produce unos pseudo-zombis. Diría que se parecen más a los infectados de "28 días después", porque básicamente son gente que se vuelve loca y le entra muy mala hostia, además de caérseles el pelo. Durante todo el metraje se juega al despiste sobre la lealtad del protagonista, no quedando claro para qué país trabaja (y al final, a mí ya me importaba un carajo). Y luego está la acción. ¿Es buena? No lo sé, la jodida cámara epiléptica no me ha dejado verla. Pero las situaciones se pasan de rosca. Cuando uno se sienta a ver una peli de acción, pues hace uso de la suspensión de la incredulidad, exigiéndole sólo un poco de realismo. Un poquito nada más. Aquí en "Carter" el realismo se lo pasan por el arco del triunfo, pues no serán pocos los movimientos irreales que se ven, los saltos imposibles, las acrobacias exageradísimas. La escena del salto del avión es ya para mear y no echar gota. Aunque la parte final también tiene mandanga.
La peli echa mano de algunos recursos brillantes. Cuando estas rodeado de enemigos, nada mejor que liberar a los infectados para que acaben con ellos, ya que a ti, por alguna extraña razón, no te van a atacar, pues ya lo dice el refrán, "El enemigo de mi enemigo, es mi zombiamigo". Ah, el CGI también es para pedir responsabilidades penales a los que los han llevado a cabo.
En fin, un desastre de película en todos los aspectos. Huir como de la peste.
