¡Hola, pandilla!
¡Qué sorpresa de película! Gracias por la recomendación, Danyyyy, y por lo demás.
Casi que lo mejor que puedo decir es que la peli me va como un guante, porque los que me conocéis ya sacaréis la mejor información de eso.
Y es una peli complicada (y polémica). Tiene una buena estructura simétrica: prácticamente, abre y cierra con dos versiones diferentes de la misma historia, pero lo que ocurre en medio es del todo desconcertante, abierto, imprevisible. Se trata de una (muy improbable) investigación policial, pero rápidamente trasciende ese McGuffin para dar paso a mucho más: misterio, magia, visiones premonitorias, clanes cerrados, presencias y fenómenos inexplicables (ahí puede recordar un poco a ese uso tangencial de la ciencia ficción que caracteriza a Apichatpong Weerasethakul), hasta de a ratos parece una pastoral. Yo me quedo con las relaciones personales que se entablan, con los al principio inexplicables cambios de humor, con la lucha por la jerarquía, con el desarrollo de los personajes, con la sabiduría sencilla pero profunda de los diálogos, con la latente violencia siempre amenazando con estallar, con esa sensación de estar recorriendo la espiral (creo que eso significa el título) en sentido excéntrico para terminar comprobando que lo has hecho en sentido concéntrico. Con esa sensación hipnótica que tuve viéndola: no podía apartar la vista, hasta volví a ver algún pasaje.
Una maravilla. Está tan bien encajada, tan bien armada, que parece mentira que se rodara en sólo 19 días.
Decía antes que fue polémica: tiene un trasfondo cristiano pero se rodó en un área con igual presencia hinduista y una residual población musulmana, lo que parece que les llevó a trabajar en secreto, justo antes de la pandemia. Tal vez hubiera sido más cómodo rodarla en alguna zona del sudoeste del país de mayoría cristiana. Tras su estreno (calificada para adultos) la emitió OTT, una plataforma local auspiciada por Sony, y hubo protestas serias por su lenguaje, su posible obscenidad (referencias a violaciones, pedofilia y otros delitos), que obligaron a intervenir a la Junta Central de Certificación de Cine y al director gerente de Sony Pictures Network India Private Limited ante la petición de que se censurara parte de los diálogos. A nosotros, seguro, nos suena muy exagerado todo eso, pero se montó un buen pollo en nombre de la decencia y moral públicas.
En fin, contar más sería destriparla, y merece la pena que os acerquéis a ella sin saber más. Se supone que está adaptada de un relato corto de un tal Vinoy Thomas (ni idea) y en cierto modo inspirada en la película
The Endless, de 2017.
No conocía al director. Tenemos aquí otras dos películas suyas (
Jallikattu, con el mismo guionista, y
Amén), a las que sin duda voy a acercarme con muy buenas expectativas (la primera tiene subs ingleses y la segunda está traducida).
Una gozada de cine.