A la hora de acercarse a una secuela de una película asiática, conviene tener en mente que, por lo general no hay una continuidad.
Así, las segundas y terceras partes, son nuevas oportunidades para contar una historia sobre unos personajes, una situación.
Aquí pasa algo similar. En este caso, hay un escenario ampliado de la situación.
En este sentido, la película peca de un afán de internacionalismo que le juega en contra. Pero también hay que decir que ese afán, está bastante bien pensado, ya que le da forma a cierto personaje y ayuda a redondear cierto cuestión del final.
Aunque la película nos presenta un mundo de cada cual para sí, lo cierto es que sigue fiel a su esencia de "todos unidos triunfaremos" (y es lo mejor que tiene la anterior y esta también)
Luego, tenemos una galería de personajes llamativos. Pocos pero coloridos.
De las escenas de acción creo que lo mejor es el uso de la cámara rápida a la manera de las viejas y queridas películas de acción hongkonesas de los ochenta.
Es un recurso simple pero efectivo, que debería usarse más seguido.
Hay también cierta atmósfera a lo Mad Max, o que puede traerlo a la memoria. No están mal, pero creo que les sobra ruido y les falta acción (la manera en que superponen la música (extradiegética que le dicen) con el sonido de los motores. Demasié pal bodi diría alguien
Y en fin. Es una de esas películas que, al mirarla no me pareció buena, pero luego al pensar sobre ella, me di cuenta que a pesar de las pegas que le puedo encontrar, resulta ser una historia bien estructurada.
Y dicho esto, creo que hay que dejar de hacer películas de zombis por dos años (más en realidad
)