Bueno, interesante pelicula, decir ke la calidad del ripeo de este unico enlace que se puede hallar no es muy buena, pero se deja ver, aunke estamos de suerte: un camarada de asiateam dice tener el DVD, lo va a ripear y lo pondra acompartir sacando tb los sub en ingles, mientras tanto habra ke conformarse con este ripeo, sobre los subs, ahi kedan los ke he encontrado, si alguien piensa ke hay otros mejores ke lo diga... alguien se anima con la traduccion?
datos sobre la peli: sere tan vago ke compiare aki lo ke dicen los chicos de Chanpoo.com
los ke no kieran ser influenciados por la opinion del redactor de este texto saltense el principio hasta el parrafo en negrita, donde sale la psinosis Xb
"No puedo hablar de casi ningún tema, exceptuando de mí mismo, familia y trabajo, con el suficiente conocimiento como para ser tenido en cuenta. Pero los años me han hecho al menos tener lo que puede llamarse "nociones" con las que poder conversar sin quedarme al margen. Esos principios elementales son los que me llevan a analizar éste film desde un punto de vista mas "filosófico" que el puramente cinematográfico.
Los cineastas japoneses llevan en las ultimas décadas radiografiando una sociedad de la sintiéndose orgullosos ven como muere victima de las influencias de occidente. Mientras que en el resto del mundo cada vez mas gente ve en el reflejo de sus costumbres e historia, un modo de pensar y vivir ideal, en aquel país esto pasa por algo añejo que encorseta a sus gentes y las ancla en el pasado. Los jóvenes japoneses de hoy en día no siguen las honorables pautas de sus ancestros samuráis; se limitan a vivir al día como sus vecinos norteamericanos de ultramar les enseñan diariamente en sus películas, teleseries o canciones. Atrás quedan los días en que Japón creía o quería ser un amplio Imperio y que le llevaron por algunos años a dominar gran parte del Este asiático. La segunda guerra mundial no solo sesgó los fatales delirios de grandeza de algunos mandatarios sino que perjudicialmente coartó el orgullo nacional entre la población. Actualmente y dentro del mundillo cinematográfico hemos visto como cineastas tan populares como Takashi Miike, Kiyoshi Kurosawa, Masato Harada, Shohei Imamura o el propio Takeshi Kitano han intentado reflejar en sus películas las virtudes de una sociedad que paulatinamente pierde la fe en la familia y en las tradiciones mostrando una visión deformada de una juventud a la que quieren alentar con su propio reflejo; una imagen alterada por las póstulas de una sociedad aquejada de un voraz colectivismo heredado de la era feudal, la poca independencia de la mujer o el racismo hacia chinos o koreanos.
Con ésta situación era de prever que tal como ocurriese años atrás en Europa occidental una corriente subversiva produjese que individuos hasta el momento normales acentuasen sus posturas políticas acercándose a ideologías muchas mas radicales y peligrosas. La ultraderecha o el nacional socialismo se convirtió en un campo fértil para la violencia pero yermo para idealismos que solo buscaban utopías dada la distancia existente entre los ideales y la realidad social. Y esto es lo que ha llevado a Sonoda a basar su película. Japón metafóricamente se asemeja mas al de la post-guerra que al Imperio en que algunos momentos alguien llegó a soñar. Sonoda concibe a tres jóvenes que a imagen y semejanza de los "skin-heads" europeos vapulean a aquellos que ensucian Japón con drogas o prostitución, tachan de traidor a todo aquel influenciado por corrientes extranjeras o simplemente someten a cualquiera que no comparte sus mismos criterios. Tres individuos que creen a ciencia cierta estar haciendo una labor social, una reforma desde el interior, desde el pueblo. Pero sin saberlo son utilizados por otra gente que usando sus motivaciones políticas harán de ellos unos títeres del mismo sistema que desean derrocar.
Y ahí se encuentra la "gracia" de la película. Muchos dirán que el film es una critica social de un Japón en decadencia. Sí, estoy de acuerdo y he empezado la reseña con ello pero como muchas otras veces digo hay que ver mas allá del puro mensaje. Sonoda y sus guionistas han querido irónicamente derrumbar un muro construyendo otro encima aprovechado su peso. Me explico; nos cuentan una historia que va contra el sistema aprovechándose del mismo; los protagonistas luchan contra miembros de bandas yakuzas y se niegan a unirse a ellas porque van contra sus principios. Sin embargo no dejan de salir del circulo de las mismas convirtiéndose sin saberlo en sus herramientas. La simbología o el "mensaje" del que hablábamos es el mismo. Se critica a la violencia cuando no se cesa de hacer uso de ella. En el fondo, el film no deja de ser una historia de mafias por muy politizada que esté. De ahí - repito - su gracia, la de aunar dos mundos tan dispares y a la vez similares como estos. Por otro lado, ¿qué mejor ejemplo que encarne las doctrinas de un Japón con honor, disciplina y tradición que las bandas yakuzas con jerarquías herederas de tiempos feudales?.
Acompañando éste planteamiento no exento de originalidad tenemos una realización igualmente innovadora. Sonoda utiliza cualquier medio con tal de sorprender: reflejos en objetos, planos girados, boca abajo y cenitales, técnicas digitales con insólitas particiones de pantalla como una de las del inicio en la que el protagonista corta la pantalla con una katana dividiéndola en dos, todo un conjunto de elementos con los que "adornar" la trama. Por que para amueblarla ya tenemos una dirección artística realmente destacable. Desde el vestuario de los tres protagonistas o los esbirros de los yakuzas hasta esos detalles folklóricos tradicionales como el "jardín de roca" del capo mafioso. Una conjunción que contrarresta el artificio espectacular y vacío de sus imágenes con la belleza y el sentido costumbrista que busca resucitar.
Sin embargo, y ya entramos en la parte mas desgraciada del film, la película no responde a éste derroche de imaginación y acierto. Cualquiera que haya leído estas líneas y por la trama sepa de que va el film puede hacerse a la idea de estar ante un film de acción ciertamente delirante. Delirante lo es, sobre todo esos 5 primeros minutos en los que el espectador no sabe ni donde se encuentra ni hacia donde va la trama, herencia por otro lado de la anterior trayectoria de Sonoda como afamado realizador de videoclips. Pero la acción no se encuentra nada equilibrada; no se puede contratar a un especialista en artes marciales como Sudo Genki - autentico campeón en diversas disciplinas marciales e ídolo en Japón -, realizar maniobras realmente impresionantes y tan solo hacer gala de ello en tres o cuatro ocasiones. La trama da para mucho mas y en vez de ello, el director prefiere deleitarse con los cerezos en flor o el contraste de la grava blanca con la madera oscura.
Los que me conocéis sabéis que huyo de cualquier tópico achacable a la filmografía oriental, al igual que diferencio en su justa medida los films presuntamente de "autor" y los que simplemente buscan el "entretenimiento". De ahí que cuando tache de desequilibrada a la película lo haga con criterio. No puedes tener una historia tan jugosa y perderse en banalidades. Y al contrario. Para aquellos que digan que es imposible aunar un tema y otro y que el resultado sea correcto o destacable solo tengo que dirigirles a los directores mencionados al inicio. Sin embargo, esto solo es una opinión y como siempre susceptible a la critica de terceros.
Para terminar otra "chirla". Los personajes por carismáticos que sean no consiguen arrancar la simpatía del respetable. Pero al igual que lo anterior esto está supeditado al gusto de cada uno; para mi unos tipos que procesan y ponen en practica una ideología extremista no merecen mi estima. Y si al menos se les viese un atisbo de reforma o arrepentimiento...
Resumiendo, un film de calidad innegable con mensaje implícito en un desarrollo original pero que se pierde al no acentuar ninguna postura, ni obra de autor ni espectáculo para el gran publico; solo de "culto".
Yamaguchi, Ichikawa y Kosugi forman un trío letal. Vestidos con trasgresores trajes blancos intentan por la fuerza "limpiar" las calles de su Shibuya natal. Su presencia es tal que todas las bandas de yakuzas los temen y respetan. Una de ellas, los Seishu, quieren que se integren en sus filas sin embargo ellos quieren seguir siendo independientes. Aún así la atracción que sienten por algunos de sus lideres provocará que exista cierta afinidad. A cambio de algunos favores como p.e. un vehículo con el que desplazarse por la ciudad, los jóvenes deberán aceptar algunos "encargos". Uno de ellos provocará un altercado con una banda rival de los Seihu, los Konishi, llevándolos casi al borde de las guerra. Sin saberlo nuestros protagonistas no solo se habrán convertido en "marionetas" de la mafia sino en instrumento de las ambiciones de algunos de sus cabecillas. "
