¡Hola! Bueno, ahora que ya ha comentado probablemente la única persona que comentará esta película
supongo que llegó mi hora
Dudaba si ponerlo en espóiler, pero, qué diablos, si total la verán muy pocos, y tampoco creo que descubra nada si digo que... esta peli es un Kinoshita raro en la medida en que entra en los mundos de
Mizoguchi y el ocasional Naruse (sin que falten algunos billeticos), los cuales, sin embargo, nunca habían necesitado tres horas y veinte minutos para una historia así. Toques Kinoshita no faltan, como la obsesión por la cronología contando vidas enteras (aparte de Fuefuki ahora no me salen títulos, pero son un montón de kinoshitas, como las dos del faro, la del peón caminero, etcétera), pero faltan algunos de los más típicos, en particular el elemento lacrimógeno, a pesar del melodramón que es. El final contemplativo en este sentido es bastante peculiar para ser la peli de quien es.
Leí, creo que en la wikipedia japonesa forzando mucho la vista
, que se basa en una novela muy exitosa un par de años anterior. De la misma novela los japoneses hicieron en los años siguientes, sin salir de los sesenta, como tres adaptaciones televisivas, lo cual confirma lo del éxito. Y a mí me sorprende porque viendo la peli tuve una intensa sensación de déjà vu de más antiguos Mizoguchis y algún que otro Naruse. A saber qué le vieron de tan nuevo a la historia
Mariko Okada era un amor en aquellas pelis de Inagaki (como la saga Samurái de Musashi con Mifune y tal) pero luego cayó en las garras de su marido cuyo nombre ahora mismo no recuerdo pero que la puso a hacer de amargada de la vida en tropecientas pelis, jajajaja y aquí Kinoshita parece confabularse con el esposo, ese torturador de espectadores sesenteros
Pero Keisuke es más humano y aunque a ella la va amargando en su personaje, la peli no tortura tanto, lo cual es un alivio
Por su parte, la Otowa –Danyyyy ya puede confirmar que en efecto debería ser cabeza de cartel, llegando incluso a robarle el protagonismo a Okada–, la Otowa está en su medio, con un papel de mujer histriónica, irreverente, egoísta, locuela, y demás, como lo tuvo en muchos Kanetos.
En fin, esta reseña no va a ninguna parte y es tan tonta que mejor la dejo
En cuanto a la sinopsis, no la había leído hasta ahora, pero veo que dice eso de »Kinoshita ventures into Mizoguchi territory here», en lo cual coincido, pero no tanto con eso de «with a decided difference: he never shies away from showing the harshness of a prostitute’s life». Qué diablos, será que Mizoguchi era blandito con esas cosas... Quizá en alguna peli, no sé.
Es gracioso en esa sinopsis/reseña cómo llama Mariko al personaje Tomoko (Mariko es la actriz, no el personaje, oiga
). Y hay varias trolas menores y mayores, pero lo que me resulta más tonto es lo del comienzo: «The success of The River Fuefuki encouraged Kinoshita to return to period filmmaking once again with this “epic” chamber drama about a geisha mother and her daughter». Eso es mentira, primero porque entre Río Fuefuki y esta peli Kinoshita no sólo van cuatro años sino hizo dos o tres películas entre tanto: ¿a qué esperaba? Pero, segundo, Koge no es «period filmaking», es decir, jidaigeki (como sí Fuefuki): la acción se desarrolla desde principios del siglo XX hasta los años cincuenta, es decir, pura contemporaneidad para la generación de Kinoshita y la anterior. Y ni siquiera con el énfasis en la cronología hay esta vez, como sí lo hay en otras pelis del director, un verdadero énfasis en lo histórico, por aquello de tomar una historia individual como excusa para contemplar la historia del país (Japón): sí, hay acontecimientos como el terremoto de 1923, los bombardeos de 1945, pero apenas nada más, apenas miradas al contexto social. De manera que ni jidaigeki (eso desde luego que no) ni peli histórica propiamente. Si me apuras, apenas sería una peli de cierta denuncia de la condición de ciertas mujeres, porque, a diferencia de otros Mizoguchinaruses, aquí la desgracia comienza no por la pobreza sino por la estupidez de la madre de la criatura, que va hundiéndose en el lodo por sus propias decisiones caprichosas e irresponsables, y no porque la sociedad la empuje ni nada de eso. En este sentido, ahí sí que tenemos un verdadero contraste con las típicas «pelis de geishas» de los años cincuenta.
Y esas son mis impresiones
Ah, en realidad sí que hay una canción en la peli, una nana, pero quizá sea popular; como sea, no hay la típica sobreexplotación kinoshítica de cancioncilla pegadiza
Visualmente, en fin, me gustó mucho la fotografía, los planos amplios, el trabajo con los interiores, y noté esas tomas largas, y muy largas, en las peleas madre-hija (creo que Mizoguchi era famoso por eso, ¿no?).