Hola, pandilla.
Tremendo peliculón que hace lo más difícil que se puede hacer: rodar emociones sin apenas apoyo de nada. Una pasada. Como yo no sé apenas de cine, nunca he sabido en qué consiste la especial habilidad que hace que de Fulanito o Menganito se diga que son "grandes directores de actores" (se dice mucho, por ejemplo, de Allen), pero sin duda aquí ese especial talento está reflejado de alguna manera, porque las interpretaciones son mayúsculas sin que haya gran cosa que interpretar. Y el discurso de la historia se apoya en ellas. En ellas y en la cámara, que es hipnótica y logra ponerte en disposición de ver lo que no está.
Un ejemplo: en la escena del porche, cuando ella se duerme y se quedan los dos, la cámara hace un giro lento, sin aparente sentido, mostrando todo el horizonte de izquierda a derecha... para entonces, ya han conseguido que estés en el estado emocional preciso para que ese movimiento sea significativo, sea narrativo. Una pasada.
Es magnífico ver que se puede contar algo con tan poco, y...
(...) Yo no me he leído el relato pero me he leído a Murakami y creo que lo puedo reconocer en la primera parte de la película (¿fui solo yo o por un momento todos nos quedamos esperando que el gato hablara?)(...)
...yo sí lo he leído, y tiene menos aún. En el relato original no hay persecuciones, no hay padre enjuiciado, no hay venganza, no hay novela, no hay madre, no hay pozo, no hay vaca... por no haber, no hay ni gato
En serio. Del relato (que sin embargo tiene sustanciales diferencias, como, por ejemplo, que el protagonista está casado y que ellos no compartieron colegio en la infancia, sino que se conocieron pocos años antes en la boda de un amigo común; además, él es doce o trece años mayor, no recuerdo ahora), del relato, decía, encontramos la escena de la charla en el porche sobre quemar los invernaderos mientras fuman maría y el recorrido que se dibuja en un mapa con los más cercanos para hacerlo luego corriendo durante unos días. También están el viaje de ella (a Argelia, no a Kenia), el posterior encuentro entre ellos en la cafetería (casual, nada de vigilancia)... y nada más. Eso es todo. No recuerdo siquiera que él suba a casa de
Gatsby (el apodo sí está en el texto de Murakami). Al final, él la llama unas cuantas veces, la compañía corta el teléfono y ahí acaba todo, con un lacónico "y yo sigo haciéndome más viejo" (o algo así).
Es muy impresionante lo que el director y el ayudante de
script hacen con eso. Incluso hay algunas cosas que indican lo mucho y bien estudiado y trabajado que está el guión respecto al relato original: todas las referencias a William Faulkner son incorporaciones (una para mí menor pero en todo caso importante obra de Faulkner es precisamente
Barn Burning)... Ya digo, es un trabajo muy especial sobre un texto mínimo y una película absolutamente maravillosa.
Y una anécdota: ¿no os ha recordado el personaje
Ben-Gatsby a Elon Musk? Yo lo he odiado desde el primer plano porque me parecían idénticos. ¿Quién es éste, el actor o el empresario?