Qué película más rara... Pero es que Ratanaruang es raro
. Hasta lo más "normal" es raro. Last life in the universe es una de mis películas de cabecera y ya era bien extraña. Y este me trajo ecos de aquella. Ese ambiente fuera de toda dimensión que consigue con la música o la fotografía, por ejemplo. Y esos personajes tan locos. Yo creo que el actor que hace de marido borda su papel, porque cuando llega el momento, sentimos una amplia satisfacción por lo que le sucede. Aún querríamos un poco más. Pero sí, es un horror. Supongo que buscaron un extranjero y encontraron esto, pero casi que mejor pagarle un pasaje a uno de verdad y no coger al primer tiempo que ves en un bar de Bangkok. Eso por no decir que para qué narices necesitaba que fuera extranjero...
En fin. Me ha gustado. Incluso me ha gustado mucho. No esperéis entender mucho (o igual es que no hay que entender nada y uno se deja las neuronas buscando "algo más"). Es un cine sensorial que despista porque parece que tiene un argumento (aunque si haces el ejercicio de escribir en un papel el argumento ya empiezas a intuir que sobre eso no se construye una película, luego debe ser otra cosa). ¿Qué recuerdo yo de Last life in the universe? El viento moviendo las cortinas. ¿Qué recordaré de Samui Song? Algo parecido.
Buenas interpretaciones (salvo el tipejo este). Cherman Boonyasak está muy bien, pese a no haber hecho mucho antes. David Asavanond, pese a ser francés (es decir, extranjero) está muy bien, en ese papel de asesino a sueldo con madre que mantener. Y mención especial para un viejo conocido, Vithaya Pansringarm, en su papel de monje perverso. No necesita mucho para dar el papel. Un par de miradas. Grande.
Totalmente recomendable, aunque no para todos los públicos. Si os gustó Pen-ek Ratanaruang, Pen-ek Ratanaruang os gustará
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