Me gustado mucho. La he disfrutado mucho. Y como dice Pazgua, ya no es una cuestión de Kitano sobre Kitano, sino de Kitano sobre el cine japonés (extendería a asiático) en el que vemos como algunos han renunciado poco menos que al cine, por acción o por omisión.
Cuando vi el primer Outrage, pensé que Kitano acababa de hacer una película de Fukasaku (renunciando, en buena medida, a las suyas). Cuando vi el segundo Outrage, pensé parecido. Pero, para mí, la primera novedad de Outrage Coda es que Kitano ha logrado ya no hacer una estupenda película de Fukasaku, sino una estupenda película suya. Hay montones de elementos reconocibles que nos llevan a sus primeras películas de yakuzas. También a Sonatine, esa cumbre. Desde argumentales (ese yakuza "desterrado") hasta formales. En Outrage Coda todo vuelve a encajar. Desde los aspectos técnicos (fotografía, música,...) hasta las interpretaciones. ¡Qué grande Toshiyuki Nishida! Es imposible pensar que ninguno de ellos no es yakuza (y esto suena a broma, pero comparar con otras películas de yakuzas actuales...). Cada uno construye con una fascinante riqueza de matices su personaje: no es una cuestión de quién grita mejor.
Y en cuanto a la historia, pues eso. Muy Fukasaku, pero con las obsesiones de Kitano perfectamente integradas. Y mezcla de "razas". Japoneses, chinos y coreanos. Me encanta Chang y su grupo. No tiene desperdicio. Quién podría haber creado al grupo más chulesco de mafiosos de la historia del cine sino Kitano... (¿querrá decir algo Kitano con respecto a la relación China-Japón con esto?).
En fin. Gran película y brillante despedida de la serie y de ese grande, inmenso Ren Osugi.