He empezado un poco por el final, debido a problemas técnicos, pero, sin ver Yourself and yours, he visto esta. Es interesante el debate que comentáis. Yo no creo que haya cambiado demasiado su manera de entender las historias. Si lo pensamos, está todo aquí, y ni tan siquiera la amargura es algo nuevo. ¡Ni el frío! Nótese que los personajes están helados (pero no pocas películas suyas discurren en invierno o bajo un ambiente frío). Yo creo que lo que le da ese toque amargo (no conocía la relación director-actriz) es precisamente el personaje de Kim Min-hee, que generalmente estaba reservado a un hombre (que siempre relacionábamos con el director). Pero ahora es imposible establecer esa relación, porque el cineasta es otro y está. Y es viejo, como Hong Sang-soo (o como la sociedad coreana le ve, seguramente sumando años a uno y quitándoselos a la otra, si hace falta). Su personaje es bien triste, permanentemente desubicado, instalado en una utopía tal vez probable. La bebida ya no es algo gozoso, ni tan siquiera cómicamente decadente, sino que le lleva a desnudarse y desnudar a todos los que están a su alrededor. Lo que en un hombre nos podría resultar cómico, en ella no lo es.
Esto se transmite a todos los personajes que hay a su alrededor y que, en otras circunstancias, haciendo lo mismo, serían igual de cómicos que cualquier personaje anterior. Tiene algo de efecto Kuleshov, en el que ya no se trata de una sucesión de planos sino de personajes. La escena de las legumbres hubiera sido graciosa antes y ahora nos resulta patética. Hay como una violencia instalada en todo, porque Kim Min-hee, como ella misma viene a decir, lleva la violencia consigo.
Un intento de explicar al hombre del parque o de los cristales: ¿podría interpretarlo como los otros? Teniendo en cuenta la historia del director, la gente asaltando la intimidad de los demás. La tranquilidad, el hogar. Sí, tal vez es un poco fuera de lugar, pero si nos hemos acostumbrado a los delirantes zooms de Hong Sang-soo (y mira que la primera vez que los vimos...) no nos deberían sorprender muchas cosas en él.
En fin, una estupenda película. En un cineasta tan personal como él, con un cine tan frágil como el suyo, cualquier cambio de sus circunstancias debe necesariamente reflejarse. Y ahí está.