(...Cita de subete) Yo no estoy de acuerdo
(...Cita de Silienete) Estoy de acuerdo
Bueno, usted me tiene manía, ¿no? Considerando que casi todo lo que Silien ha dicho refuerza, a veces corrigiendo, cosas que yo había dicho.
A ver, lo diré en gastronómica metáfora: si a alguien se le ocurre (si no lo ha hecho ya) empezar a vender paella con mayonesa (una espesa capa por encima) y cocida con Colaloca, y el invento triunfa, ¿cambiará la definición de la paella? ¿Incluso cuando ya nadie la haga como antaño? Y, si entonces alguien dice: de vez en cuando me gusta tomar paella pura, sin mayonesas ni colacoca, ¿le discutirás que eso no es paella, porque la paella sin mayonesa no es paella? Seguro que me dices que no.
Yo lo veo desde el punto planteado de la evolución, que ya no seamos Australopithecus no nos hace peor que ellos (y tampoco hemos dejado de ser animales).
Si vamos a apelar a la religión, pues nada más que decir: amén.
Dicho de otro modo: hace ya mucho que cayó en desprestigio eso tan manido de extrapolar las tesis de Darwin a asuntos que nada tienen que ver con la biología.
Y nada, ni siquiera recurriendo a tus tópicos favoritos (culinarios) consigo tocarte la fibra sensible. Renuncio
@Silien:
Yo no soy de los que piensan que una imagen vale más que mil palabras, porque es una simplificación más. Una imagen de Robert Doisneau vale más que mil palabras mías, pero tal vez no más que un puñado de palabras de Cortázar u Onetti (e igual ni eso... hay imágenes e imágenes y palabras y palabras).
Yo tampoco soy de los que piensan eso (1ª frase). No sé quién es el tal Doisneau, pero me hace gracia que para el lado 'palabras' recurras a la literatura en vez de al cine mismo. Y es que se podrían citar algunas pelis de verborrea salvaje, como la de los Secretitos de Bergman, una peli que sin los diálogos casi se queda en nada. Y a mí me parece muy buen cine, ya lo dije.
La fotografía no tuvo su reconocimiento hasta mucho después de su invención... pero mucho, mucho después.
Eso sospechaba yo y más o menos lo sugerí, aunque sin poder argumentarlo mucho. Personalmente, yo incluso lo remontaría a las últimas décadas (tres o cuatro), la consideración generalizada de que la fotografía puede ser arte, aunque sin duda habría muchos que lo estaban diciendo desde mucho antes. Por eso vine a decir que cine y fotografía surgieron como «arte», ya simultáneamente, ya incluso pasando por delante el que llegó después. Lo de «séptimo arte» parece probarlo.
Era un número de feria, como por otra parte el cine era un número de feria. Los Lumière no pretendían hacer arte: pretendían reproducir lo que veían. Y Meliès, al menos entendió que el cine podía ser un espectáculo y una industría (vamos, un número de circo, de magia). Y ahí se quedó todo. ¿De dónde sale la gente que se dedica al cine? No son precisamente fotógrafos. Y cuando se le quiere dar algo de dignidad al cine ¿qué hacen? Recurren al teatro, a sus actores, y las grandes obras literarias. Y ahí es donde realmente empieza todo. El cine, para convertirse en arte, no piensa en la pintura o en la fotografía: piensa en la literatura.
En líneas generales, vale, pero no deja de ser otra generalización. Las que yo hice fueron bien borrosas. Por ejemplo, creo que ya dejé caer que eso del «arte total» en realidad no vino tampoco con el sonoro, y que la literatura se incorporó bien pronto (*). Es más, es que cuadra que estuviera casi desde el principio, porque era la época de los wagnerianos furiosos
(* Hoy mismo estaba viendo que hay algunos cortos muy de los comienzos del cine sobre Frankenstein ¡en 15 minutos!, Alicia en el país ¡en diez o así!, etc.)
El cine, para convertirse en arte, no piensa en la pintura o en la fotografía: piensa en la literatura.
Puede ser. Pero de qué manera la incorpora, quizá ahí radique gran parte del asunto. Los diálogos, en particular –que eran aquí caballo de batalla– no pudieron tener una gran relevancia hasta el advenimiento del sonoro. Porque una sucesión de tomas con intertítulos de diálogos es un peñazo. Yo no he estudiado teoría del cine ni nada, pero diría que para esa «conversión en arte» integrando la literatura el cine tuvo que inventarse medios nuevos, y adaptándolo a lo que constituye su medio y esencia: fotografía en movimiento. Porque el que no tomara de la fotografía como «arte» porque ésta no era vista como tal no cambia nada de que el cine
sea fotografía (móvil) por naturaleza.
Lo de si tomó el cine de la fotografía, el punto sería que el cine tomó prestados recursos de ella, yo supongo que sí, vamos, pondría la mano en el fuego, pero que no es comparable a la integración de lo literario, porque esto puede estar y puede no estar, mientras que el cine no puede existir sin servirse de la fotografía. Es la diferencia entre lo esencial y lo accidental, lo accesorio.
En todo caso, no tardaron en salir algunos que pasaron por completo de lo literario. Ahí está el cine dadá y surrealista. Un ejemplo un poco tardío, escogido por su título:
cine anémico Esencia pura: imagen en movimiento, a palo seco
A mí no todas estas pelis de Man Ray, Duchamp, Leger, etc. me convencen plenamente, pero
La Tour de René Clair me parece una de las películas más bonitas que se hayan hecho jamás
Y es una cámara recorriendo la torre Eiffel. Literatura cero. Maravillosa.
Y desde entonces hasta ahora, cuando una película no nos cuenta una historia, nos tiramos de los pelos.
Y aquí es donde lo literario se convierte en «esencial». A saber, para que el cine pueda ser una industria
Entiendo que esto lo decías en coña. Hay cine que no cuenta absolutamente nada y es genial. Yo no sé qué historia cuenta
Cemetery of Splendour, sería incapaz de explicarle a nadie «de qué va» (como mucho, una situación, una gente que está en tal sitio y pasan determinadas cosas indeterminadas que no llevan a ninguna parte
), y sin embargo me pareció deliciosa. De todos modos, quizá no sea el mejor ejemplo.
En cuanto al paso del mudo al sonoro, bueno, con cada cambio se anuncia el apocalipsis. También lo fue el color con respecto al blanco y negro (y también se argumentó la expresividad).
Hablando en serio, a mí tampoco me parece que hubiese una ruptura tan bestial (porque, en efecto, el «arte total» ya estaba allí: sólo le faltaban voces y música...) y en cambio las reacciones milenaristas, como dices, de algunos héroes del mudo siempre me han parecido exageradas. Sin embargo, no dejan de tener su punto interesante. En este debate a ratos he tomado partido a favor de ellos, en parte en serio, en parte en cachondeo. Pero es eso, al margen de lo exagerado que pudiera ser en muchos aspectos, quizá tenían un poquito de razón en algún sentido.