La verdad es que no entiendo (o sí lo entiendo, como lo entienden todos) como esta película perdió el premio a la mejor película en los Hong Kong Film Awards. En fin...
Sin duda estamos ante una película que tiene la virtud (extraña en el actual cine hongkonés) de mantener el pulso durante dos horas. Y no porqué nos esté confrontando constantemente a algo (a una tensión, a una acción, a un humor o a un drama), sino simplemente porque se mueve es una especie de terreno vacío, como la vida de sus personajes. Durante la película me preguntaba que estaba investigando el policía y es que uno de los aciertos es precisamente ese. No hay ningún misterio porque todo es conocido y solo nos queda acercarnos a misterios que nada tienen que ver con el crimen sino más bien con la vida. No he visto la versión corta pero destaca el montaje, que tenía su dificultad pero está bien resuelto. Esa continua confusión de los tiempos que en realidad son solo uno. A ello contribuye, cómo no, la tremenda escenografía de Cyrus Ho (¡el escenógrafo de Shaolin soccer!) y, por encima de todo, la fotografía de Christopher Doyle, de nuevo un prodigio de sensibilidad, de fragilidad y de justeza, que no intenta pasar nunca desapercibida sino que quiere revelarse como un elemento más, sin groserías, todo sutiliza. Ah, y la banda sonora, qué, raro en el cine hongkonés, no suena constantemente y que es igual de minimalista que el resto.
Cierto, la película se desliza en algún momento a la Categoría III, podemos pensar que innecesariamente, pero pienso que no, que es precisamente esa brutalidad, ese contraste necesario. Evitarnos eso no hubiera sido especialmente un drama, pero mostrándolo hace a la película más justa, porque eso es lo que hay.
En fin, Port of Call es una de esas películas que siempre esperamos del cine hongkonés y que cada vez son más raras. Como Bends, por ejemplo. Perlitas en el fondo del mar, que diría Bohumil Hrabal. Cada vez más en el fondo. Una demostración de que se puede trabajar fuera de los efectos especiales chungos y la grandilocuencia para millones de chinos.