Pues tu intuición no te engañaba, Silien, es una buena película, aunque sus ambiciones sean pequeñas: contar una historia sencilla de forma directa y cruda, sin artificios ni embellecimientos, vista desde la perspectiva juvenil de los dos protagonistas. Tanto el guión como la cinematografía y el montaje rezuman desparpajo y cierto desaliño que encajan a la perfección para retratar la vida de estos dos jóvenes con unas vidas que se les quedan pequeñas. Me ha gustado mucho este enfoque despreocupado, y las interpretaciones son absolutamente naturales y creíbles, de hecho en ellos dos radica la mayor fuerza de la película. Pese a lo duro de la realidad retratada, siempre hay un toque de luz aquí y allá, y el final me ha parecido realmente "mágico" con todas las implicaciones de la palabra (quien la vea lo entenderá).
Imprescindible.