Es una película de silencios y soledad, en la línea de otras como
4:30. En principio, este es un tipo de cine que suele atraerme bastante: minimalista, introspectivo, sutil y sugerente. Esta obra ciertamente contiene todos esos elementos y por eso me ha gustado, pero al mismo tiempo creo que su guión no explota todas las posibilidades del relato planteado y se limita a presentar escenas un poco previsibles y estereotipadas, lo que ha acabado mermando el disfrute que me ha producido, ya que conforme avanzaba el metraje, la dosis de atracción iba disminuyendo paulatinamente. Aún así, es una película con aciertos suficientes para recomendarla.
Le daría un ver.