Bueno, vamos allá con Tayfun Pirselimoglu. Hay que decir que este hombre es otro de los directores importantes de lo que podríamos llamar (siendo originales) nuevo cine turco (aunque el nuevo cine turco está consiguiendo prolongarse en el tiempo). Multipremiado, con una filmografía no muy extensa (los directores turcos se suelen tomar su tiempo), es otra piedra más en ese sólido muro que vino a reemplazar los años del cine iraní.
Riza (he borrado alguna línea del argumento, porque vamos, es para mirarse eso de contar los momentos importantes de la película sin que eso represente nada) es realmente una película oscura. Para que nos entendamos, está más cerca del cine de Zeki Demirkubuz que del de Nuri Bilge Ceylan. O, para los alumnos avanzados, más cerca de Dostoyevski que de Chéjov. De hecho, incluso podríamos ver esta película como una lejana adaptación de Crimen y castigo.
La historia es muy sencilla en su planteamiento: Riza es un camionero al que se la averiado el camión. Para repararlo necesita una cantidad de dinero que no tiene y que nadie parece dispuesto a dejarle. No conocemos mucho de él, peor entendemos que debe ser aficionado al juego y no mucho a pagar sus deudas. La película será ese tiempo de búsqueda, entre un sórdido presente y un pasado al que él intenta aferrarse.
Creo que he visto pocas películas turcas (y alguna llevo ya) con una visión más oscura, más decadente, más brutalmente oscura, de Turquía. No hay ni un gramo de complacencia y, además, trata aspectos como los refugiados (tan presentes ahora, pero tal vez no en 2007). Suena a cachondeo cuando se ve la película, pero le dieron el premio a la mejor dirección artística en el Festival de Ankara, como diciendo, no, si esta ciudad y estos sitios no existen, los hemos recreado en estudio. El caso es que también se llevó los de mejor película, director y premio especial del jurado.
En fin, una película negra, negra. Pero vale la pena.