Un debut más que interesante, la verdad es que me ha sorprendido gratamente; desde el primer momento, el ritmo moroso, tan acorde con esos infinitos blancos de nieve, los silencios y las miradas me han introducido de lleno en el pequeño universo de estos dos personajes y me han hecho sentir partícipe, cercano, cómplice; sin embargo, y aquí está el pero que ha hecho que al final me dejara un sabor de boca menos dulce del que prometía en sus primeros dos tercios, el guión toma un pequeño giro que me ha resultado forzado, casi inverosímil (debido a la anticipación que hace la propia película sobre este tema, y no digo más por no destripar el meollo); por otra parte, la cámara resulta en algunas ocasiones innecesariamente nerviosa, y eso me ha irritado un poco, ya que no lo veía necesario en absoluto.
Por lo demás, una obra recomendable y que, con muy pocas palabras, ha conseguido transmitirme el amor y el desamparo que habita a la pareja protagonista.