Esta es una de esas películas que quiero conseguir el próximo viaje a tierras niponas, ya que sólo pulula por la red un infame VHS (del que provienen las capturas).
Una de las primeras pelis de Jun Ichikawa, rodada en tono casi documental, nos cuenta las historias de los diferentes pacientes terminales de un hospital, sus reacciones, las de su médico y las de sus familiares ante la situación que viven. Lejos de buscar el melodrama, Ichikawa nos planta la cámara delante de las camas del hospital y deja que la acción se desarrolle.
Un acercamiento a la peor enfermedad que existe, en una época en la que era mucho peor que ahora (llama mucho la atención por ejemplo, el silencio de los médicos ante los pacientes). Una peli cuando menos interesante por su planteamiento.