En septiembre del año 2000 murió Saburo Sakai. Él fue el piloto de caza japonés más famoso de las Segunda Guerra Mundial, gracias a la autografía que escribió con la ayuda del escritor y periodista Martin Caidin: SAMURAI. Basada (muy lejanamente) en éstas memorias, en 1976 se realizó SAMURAI DEL CIELO, conocida internacionalmente como Zero pilot.
Saburo Sakai no fue el piloto japonés con más derribos, distinción que les corresponde a ases como Hiroshi Nishizawa, Tetsuo Iwamoto, o aún caracteres tan pintorescos como Saadaki Akamatsu. Pero Saburo Sakai fue un maestro de pilotos, que ayudó a instruir a muchos ases. Sus proezas le valieron el status de leyenda dentro y fuera del Japón, al punto que es imposible separar lo histórico del mito. Como aquella anécdota que cuenta como descubrió sobre los cielos del Mar de Java a un avión aliado de transporte y, justo cuando se disponía a derribarlo, vio por la ventanilla a una mujer rubia con un niño, por lo que se decidió a perdonarle la vida; o aquella en que el último día de la guerra, tras oír el anuncio de la rendición, se subió a un caza zero y derribó un bombardero B-29.
Pero los hechos (probados, documentados) que rodean su carrera militar son extraordinarios. En más de 200 combates aéreos sobre los cielos de China y el Pacífico no perdió a un solo compañero de formación. En los primeros años de su carrera, con una habilidad y una agresividad inauditas, derribó más de sesenta aviones aliados. Luego, durante la Batalla de Guadalcanal, fue herido en la cabeza y tuvo que volver a la Base de Rabaul, a 1040 kilómetros, medio desangrado y con su avión acribillado. Ésta herida, que le causó la pérdida de visión de un ojo, y que por sí sola hubiera bastado para dejar en tierra a la mayoría de los pilotos, no le impidió volver a combatir dos años más tarde, sobre los cielos de Iwo Jima, y derribar otros dos aviones.
Publico el enlace de los subtítulos en inglés.