No, hombre, Danyyyy. Aunque el surcoreano no es mi cine favorito, hasta ahí llego.
Le tengo ciertos reparos a buena parte de la última producción de Kim ki-duk, pero ya que lo mencionas, es un buen ejemplo: a pesar de que me han decepcionado algunas de sus últimas películas (y las he visto todas), es un autor, es indiscutiblemente un autor, que es precisamente lo que estoy echando de menos. Últimamente da igual quién sea el guionista (todos hacen más o menos el mismo
patchwork) y quién sea el director: lo que prevalece en el cine surcoreano es la producción. Eso es lo que me aburre, por buena que sea.
Y lo mismo digo de Chan-wook Park, que a pesar de hacerse famoso con esa trilogía de la venganza (magnífica, la cito por ser "de género"), y aun habiéndome dejado un tanto frío su incursión yanqui y su
Bakjwi, siempre ha sido un autor. Sobre
Castaway on the Moon, sé que su director (y guionista) tiene
My Dictator, de 2014, pero no la he visto aún.
Pero todo eso me sabe ya añejo. Es lo que intentaba explicar (mal, como siempre): seguro que el cine surcoreano tiene voces nuevas, autores interesados en contar historias, no tiroteos, como las tiene el chino, por ejemplo, pero yo no sé de ellas. Autores coreanos interesados en contar Corea como hay autores chinos o filipinos intentando contar China o Filipinas. Eso se puede hacer de muchas maneras, y también con películas de género. Es la maravilla de cintas como
A Touch of Sin o
Black Coal...: se sirven de las convenciones del género para contar algo. Pero estas películas de género no lo hacen, se quedan en dos lugares comunes (asesino y niño; espía y chica) y suben el volumen de las tortas.
Y claro, como comentas, la tradición de cine de acción (y ese
multicapa) coreano tiene muy buenos títulos. Los he visto, y precisamente por eso ahora veo una sobreexplotación, una reiteración vacía que me aburre. Y
No Tears... me parece un buen ejemplo de eso: no tiene nada, sólo producción. No tiene guión, no tiene autoría más allá de las coreografías y los tiros.
No me meto con los gustos ajenos, que pasar un buen rato vale su peso en oro, pero para mí, el entretenimiento es otra cosa. Todavía hoy, cualquier peliculilla de Woody Allen hecha con dos duros me entretiene más que esto.