Esta es una saga que ha ido de menos a más. En esta última de la trilogía se nota que han tirado la casa por la ventana y los valores de producción son mucho más altos que en la primera y algo más que en la segunda. Continúan los 2 elementos que enlazan las películas entre sí (Abhishek Bachchan y Uday Chopra), pero en mi opinión son los villanos los que realmente protagonizan las tres cintas (más dudoso en la primera, pero claramente en las otras dos). En esta ocasión se trata de Aamir Khan, a quien parece que le han preparado la película para su propio lucimiento, y que realmente hace un buen papel. Da un poco de rabia no poder decir más sobre su actuación, pero sería un spoilerazo y lo suyo es ver la película sin saber nada. La lástima es que su contrapartida femenina, Katrina Kaif está francamente desaprovechada, al contrario que en Dhoom 2 donde Aishwaria Rai estaba a la par con Hrithik Roshan. Katrina es una estrella, pero quizá en 2013 todavía no estaba en el top five y por eso admitiría que la hayan tratado de segundona.
La sinopsis no es muy acertada. Pero casi mejor, porque contar mucho más daría lugar a spoilers, y mucha de la gracia de la película está en una sorpresa que se desvela al final de la primera parte. Bueno, igual no tanta si se ha visto ya cierta película muy famosa... Vamos al spoiler: The Prestige o El Truco Final, de Christopher Nolan. Aquí Aamir Khan hace la misma jugada que Christian Bale hacía en esa película, así que quien ya la haya visto se imaginará qué es lo que está ocurriendo bastante antes de que la película lo desvele. De hecho, el núcleo del asunto es una copia descarada, aunque aquí le han dado un toque particular, una variación, que no existía en esa película.
Dura casi 3 horas, para variar en Bollywood. La primera parte es magnífica, y si se juzgase a la película solo por ella, se llevaría el imprescindible. El comienzo es maravilloso, con drama y espectáculo a partes iguales. Un aplauso para ese crío actor, que lo borda. Las escenas de acción están muy bien rodadas (que aprendan bastantes yanquis y algunos coreanos), especialmente las de carreras con vehículos. Lástima que abusan de la cámara lenta, pero esto ya es marca de la casa, y más en esta trilogía. Efectos quizá un tanto justitos pero aceptables (en la segunda parte ya sí que cantan y además hay algunas escenas que directamente entran en el terreno de lo fantástico). Números musicales (sí, los hay, ¿qué pasa? Ya se sabe qué tipo de cine es éste) buenos en general, y el de la función del Circo es realmente fastuoso. Vamos, que cuando sale el "intermedio" a mitad de la película, uno tiene ganas de mucho más porque hasta ese momento lo clavan.
Y es una pena que luego la segunda parte se queda a medio gas. Probablemente porque está todo más estereotipado, más protagonismo de Abishek Bachchan que ha decidido tener la misma cara de palo durante toda la peli, y darle minutos estropea el resultado; menos minutos de Uday Chopra (eso es bueno); varias escenas absurdas, y un final muy deslavado. De hecho, no se sabe ni cómo ni por qué de pronto cambian la escena a lo alto de "ese sitio" y ahí sucede todo. Le molaría al director, que además no es el mismo de las 2 primeras películas. Esta segunda parte de Dhoom 3 sería solo un Ver muy justito. Si juntamos las dos, se queda en un Ver alto.
Desde luego no es una película para meditar sobre ningún tema, ni con una historia de amor en condiciones, ni nada que se le parezca. El guión es funcional, una pequeña historia de venganza y ya está. Lo divertido es cómo lo cuentan. Es un entretenimiento, y como tal cumple su función perfectamente. Además está bien rodada y los actores (al menos los que no representan a policías) cumplen bien su papel. Merece la pena.
Como curiosidad, hay un pequeño homenaje rápido a la escena de las favelas de Police Story, con su zoom y todo; en este caso con uno de esos tuk-tuk típicos de la zona. Y al final, para que no se nos olvide la canción, un nuevo número de "Dhoom, machale... Dhoom, machale, Dhoom", para que se meta en la cabeza durante unos cuantos días.
