Pues ya está vista... Una cosa, Ali... En tu reseña hablas de "dos horas y diez minutos" pero esta versión, al menos, dura la friolera de dos horas y treinta minutos... ¿Quieres decir que serán distintas versiones? En fin, en lo general estoy muy de acuerdo con tu reseña. Y en lo particular. Vamos allá con The raid 2.
Hay que decir que he acabado con un buen dolor de cabeza... Seguramente le han dicho tantas veces a Gareth Evans lo excepcional que es su cine de acción que debe haber acabado por creerse que es el mejor director, guionista, montador y coreografo de acción de la historia. Producto de esa creencia es The raid 2.
Guión. Que nadie espere una historia aquí. Lo jodido es que la hay y la sufrimos durante esos 150 minutos. Este hombre ha visto cine hongkonés, eso está claro. Mucho. El refrito que se pega es fascinante. Posiblemente no hay un solo segundo de película que no sea un cortar y pegar de alguna anterior hongkonesa. Hasta el sonrojo. Y como los hongkoneses también se plagiaban a si mismos con bastante alegría, pues alguna cosa la habremos visto ya unas cientos de veces. Pero parece que el cortar y pegar no es lo suyo, y con todos esos trozos no consigue nada más allá de eso: un montón de trozos puestos unos detrás de otros. Quedan los personajes, claro. Y para qué vas a currártelo. Policía infiltrado (ooooh), abandonado por sus jefes (ooooh), que se hace amigo del hijo de un mafioso (ooooh), con prisa por sustituir a su padre (ooooh), con la ayuda de un tipo muy malo y muy repeinado (ooooh), que vive rodeado de una corte de asesinos superpoderosos (ooooh). Y podría seguir hasta el infinito, pero no vale la pena. Bien, no tenemos guión. Como dice Ali, venga va, que es una película de acción, no nos pongamos exquisitos.
Vamos a la acción. Iko Uwais. Iko Uwais es muy bueno en su estilo. Solo tiene uno, de modo que no os preguntéis si va a hacer la grulla, el tigre o el mono borracho. Iko Uwais es el rompehuesos. Durante la película podréis asistir, además de a sus dotes dramáticas (comparables a los lloros de Jackie Chan), a eso: golpe, golpe, golpe, quiebro una patita, golpe, golpe, golpe, quiebro un bracito, golpe, golpe, golpe, quiebro una cabecita. Y pasan los minutos. Hay que decir que al menos nos evitamos cámaras lentas, aceleraciones y otras mierdas modernas. Aquí hay lucha pura y dura. Mucha. Hasta el agotamiento (de él, supongo, y nuestro). Vamos pasando pantallas: cárcel, refugio de unos malos, coche, pasillo, almacén, cocina,... grandes éxitos del cine hongkonés, de nuevo. La brutalidad es considerable, y todos juegan limpio: cuando se disparan, se disparan todos, y cuando luchan, luchan todos. Pero no vale disparar si tú no llevas también una pistola. Vamos a entendernos. Algunas escenas son espectaculares, pero la acumulación de sopor en la historia, personajes de corcho y luchas más o menos en la misma línea acaban haciendo que pidamos la hora, porque el encuentro ya no da más de sí... Y lo jodido es que dura, repito, 150 minutos.
En fin, podría seguir más rato. A los que nos gustan las artes marciales, algo sacamos. Incluso alguno pensará que es la mejor película de acción de todos los tiempos (como no se cansan de repetirnos). Eso quiere decir que no se ha visto mucho y que no se espera mucho. La mejor película de ciencia-ficción no es aquella con más astronautas y naves espaciales. Cuando llegamos a cierto nivel, tenemos que ser exigentes. Pedir algo. Qué se yo.
En el campo anecdótico salen yakuzas. Y los actores japoneses aún se preguntarán que hacían en esa película, porque seguramente aún no lo entienden. Ni yo. Y bueno, que tampoco hay que ser coherentes, cojones. Si te cortan las articulaciones de la rodilla por detrás, pues te levantas y le das una buena patada al otro con esa pierna. Y cuando llevas veinte, haces como que te escuece y sigues, que el espectáculo es el espectáculo. Eso y que se olviden de cambiar la tarjeta del móvil para recibir una llamada que no puedes recibir con la otra. Detalles. ¡Es una película de acción! No podían estar en todo
.
Ummm. No sé. Estoy entre ver, ver si no hay otra cosa o tomarse algo fresco. Creo que elijo esto último
.