Ooh, esta me la vi en el cine en Japón el pasado Noviembre, la verdad es qué fui a verla porque no paraban de anunciarla por todas partes y yo qué cuándo estoy en Japón soy muy borreguil me fui a verla sin saber nada de la historia. Lo qué empieza como una historia romántica como cualquier otra, empieza a derivar en algo diferente con el avance de la película, y aunque uno ya se imagina los derroteros que coge, consigue que no se rompa la armonía entre la primera y la segunda parte. Para los romanticones enfermizos como yo, hay qué verla.
Lo confieso, además es qué me derrito con Juri Ueno.