Esto que voy a comentar es una tontería, pero no se porqué tontada descomunal desde el día en que apareció esta película estuve convencido de que el director era Masahiro Kobayashi, lo cual unido a la presencia de la pequeña de las Ando y que la temática sobre la comunidad zainichi (los japoneses de origen coreano) siempre me ha interesado mucho, todo junto me mantuvo este tiempo en una especie de profundo síndrome de abstinencia hasta que Extre gentilmente puso en nuestras manos unos subtítulos entendibles. La equivocación me duró hasta la mitad de la película, momento en el que me di cuenta de que o el director me había cambiado mucho de maneras o me estaba haciendo lío padre.
Dejando de lado la tontería, la película funciona bien mientras se mantiene en un tono íntimo sin estridencias ni maniqueísmos, pero a la mitad de cinta aquello se empieza a llenar de política, dramón, panfletismo antinorcoreano (a Sura le va a encantar), gente llorando por las esquinas y todo se vulgariza que es una barbaridad. No termina siendo mala película pero realmente tampoco tiene nada especialmente destacable, y como documento sobre la comunidad japocoreana deja mucho que desear.
Por cierto, la película fué la elegida para ser candidata a los puñeteros oscars, evidentemente intentando aprovecharse de toda la charlatanería yanki sobre el tema de Corea del Norte y el tirón que por ello la película pudiese tener allí, ya que su visión no difería en casi nada a la oficial de aquel país. Pero por lo que se ve no coló.