Seguramente la palabra que mejor la define ya la habéis dicho: gamberrada. No es otra cosa. Para mi es un paso hacia atrás en su carrera (seguramente lo más alto fue Cold fish, pero luego mantuvo el equilibrio, aunque no he visto la anterior a esta). Puro divertimento, a veces un poco ridículo, a veces sublime, a veces nada en especial. Los actores están pasados unas cuantas miles de revoluciones y supongo que lo de poner cara de idiotas es una petición del director. Entre todo ese caos de ideas y propósitos, al menos tenemos a Jun Kunimura, es decir, el padre de la criatura, que como ha estado con Miike y Kitano, sabe de qué va el tema de interpretar a un yakuza. Y la verdad es que vale la pena ver la película por él, entre alguna que otra cosa.
Lo que digo muchas veces: no le cambiará la vida a nadie, no es el mejor punto para empezar con este hombre, no es lo mejor que ha hecho últimamente, pero bueno, la película es muy divertida por instantes, gamberra (a veces ingenuamente gamberra) pero visto lo visto, se puede ver y hasta, si te gusta el cine de yakuzas, se debe ver, que andamos faltos de buenas escenas, por no hablar de películas.