Atención a esta película. Ya que esté nominada a mejor película en los
Asian Film Awards que se acaban de presentar sería un detalle a tener en cuenta. Solo hay que ver sus rivales. No es ninguna broma.
Su director es un viejo conocido: el ultracomercial Ning Hao (Mongolian ping pong, Crazy stone), que aquí se sale un poco de su registro de comedia (o bien, la vuelve tan pero tan negro que te ríes de puro demencial... te ríes por no llorar).
La película. Como dice la Wikipedia, estamos ante un neo-western + thriller. Además, añado, road movie. Y tiene sus dosis de acción (con un variopinto catálogo de maneras de matar, a cada cual más primitiva. ¿Y qué es esto? Veamos. Historia. Un traficante de halcones es juzgado por la muerte de un policía. Su abogado defensor llega en tren al último rincon desértico del mundo (esa "tierra de nadie" del título) desde Pekín, con ínfulas de abogado que se las sabe todas. Y sí, efectivamente todo va bien y su cliente sale libre. Pero el traficante de halcones (que tiene un método un poco brusco de cargarse a la gente) le dice que le pagará en unos días, y no fiándose mucho, el abogado le pide que le entregue su coche en prueba. Tiene pensado regresar por carretera. Por la interminable carretera que cruza toda esa desolación. Pero joder, hasta el lugar más desolado del mundo está habitado. Y sus habitantes son... no muy amables. Además, el traficante de halcones tiene otro destino mejor para el abogado, con la ayuda de su amigo, un resistente Huang Bo (ya sabéis: aquel que se nos tiró toda una película en compañía de una vaca).
La fotografía de esta película es brutal. La acción se la dejan a un hongkonés (el estupendo Bruce Law... lo cual da una pista sobre en que se basa: coches). Las interpretaciones son magníficas. El guión sin flaquezas. Todo funciona para mostrarnos una imagen nihilista y sin esperanza de la China actual, lejos de rascacielos y nuevos ricos.
En fin, estamos ante una de las películas asiáticas del año... que de momento solo ha salido con subtítulos pegados en la imagen (y alguna cosa más). Se deja ver, y desde ya es mi candidata para mejor película sin subtítulos del año. Qué remedio. Pero llegará una copia mejor. Y entonces hablaremos.