Benny Chan es un muy viejo conocido. Si tenemos en cuenta que lleva más de veinte años haciendo cine de acción (su primera película fue A moment of romance, ya un clásico) pues algo sabe del tema. Seguramente la diferencia fundamental con otros de sus contemporáneos, es que el parece no haber olvidado como se hacía cine de acción en Hong Kong.
Es más, The white storm es una especie de revival de los temás más manoseados de los años noventa. Y eso me gusta.
Cojamos la historia: tenemos tres amigos policías (nada más y nada menos que Nick Cheung, Lau Ching-Wan y Louis Koo). Uno de ellos es oficial, el otro algo menos y el tercero es un infiltrado. El infiltrado se quiere salir, pero el oficial quiere que acaben con la misión que les ha llevado tres años montar. Bien, en esas se van a Tailandia a la búsqueda de Eight-Face Buddha, el último gran señor del triángulo de oro, un viejo de peinado exhuberante y nada fácil de encontrar, dada su desconfianza. En el papel, Lo Hoi-Pang, que con sus más de setenta años, en el 2013 rodó... (Drug War, The grandmaster,...). En fin, a partir de ahí, la cosa se complica y de qué manera.
Como comprenderéis, las viejas amistades, el infiltrado que lo quiere dejar y las visitas a los señores del triángulo de oro, son viejos éxitos. Pero bueno, estamos tan hartos de "lo nuevo" que lo viejo, bien hecho, nos sabe a gloria. Y Benny Chan es un hombre más que adecuado para darle ese toque sincero de artesano del cine de acción que emplea medios modernos, sin resultar cochambroso.
Así, las escenas de acción de Nicky Li, colaborador habitual suyo, tienen la intensidad necesaria e incluso alguna sorpresa más que agradable (ver Tailandia), y si a eso le sumamos las interpretaciones y a Manfred Wong por ahí (guionista de la saga Young and dangerous, a la que no deja de haber un guiño con una joven triada pasada de revoluciones), ya tenemos todo lo necesario para pasar un buen rato. 214 minutos, exactamente, en una de esas nuevas duraciones desmesuradas, que aquí no molestan mucho (la diferencia entre el cine de acción moderno y el viejo es que antes no se hacían los sentimentales, con lo cual les daba igual mujeres, hijos, madres,... ahora parece ser que no, y eso consume minutos).
Y para completar (ver cartel), un final al más puro estilo chulesco A better tomorrow 2, que joder, ya se echaba de menos también. Mucho.
Ahora solo falta una traducción y esta puede competir en los premios Allzine con un poco de dignidad
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