Como reza en la descripción en inglés que puso Masacre, “Rigor Mortis” es todo un homenaje a la saga “Mr Vampire”de Ricky Lau (y de Sammo Hung, que era el que las producía). Baste decir que el tema principal de “Mr Vampire (1985)”, “Ghost Bride” compuesta por Anders Nelsson, suena en diversas ocasiones a lo largo de todo el metraje de “Rigor Mortis”. Amén de contar en su reparto con diversos actores de la saga “Mr Vampire”, a saber: Chin Siu Ho, protagonista de la primera parte y de “Mr Vampire 1992 (que se podría considerar la quinta parte oficial de la saga, por encima de “Magic Cop – 1990)”; Anthony Chan, mago taoísta en la primera y cuarta entrega, aquí también en ese mismo papel; Richard Ng, falso mago taoísta en la tercera parte; Billy Lau, actor secundario en la primera, segunda, tercera y quinta parte (la ya mencionada “Mr Vampire 1992”); y Chung Fat, mago taoísta en la cuarta entrega, interpretando aquí un rol similar, aunque con habilidades tirando más hacia la magia negra. Vamos, que está claro que al director le mola la saga.
Me ha resultado una gozada ver a muchas de las viejas glorias del cine de Hong Kong de los años 80 y 90. La película consigue crear una buena ambientación de terror, gracias a la fotografía y a los decorados, pues a mí, el edificio, “comío” de mierda y con aspecto de estar abandonado, me ha gustado, y casi que es otro personaje más del film. En particular, destacaría el momento procesión espectral por un pasillo del edificio, que supongo pertenece al imaginario espectral japonés.
Para mí, los dos aspectos negativos de la película son: el ritmo, pues a pesar de durar sólo 100 minutos, hay momentos en el que se hace un pelín pesada; la acción, que no me ha convencido mucho. Puede ser que al estar viendo un homenaje a la saga “Mr Vampire” y al género de vampiros, me esperara una acción similar a lo visto en todas esas películas clásicas, con mucho uso de espadas de madera, arroz con gluten lanzado como arma, vampiros saltarines y hechizos de papel a cascoporro. Aquí se usan algunos de esos recursos del género de forma muy puntual, pero al final se dejan de zarandajas de taoísmo y se lían a hostia limpia. Tal vez el hecho de mezclar un vampiro con fantasmas juegue en contra de la película, pues a mí no me ha convencido.
Tampoco he entendido el final. Ni ese momento en el que Richard Ng, después de que le ocurriera lo que le ocurre, atacara a Chung Fat en las escaleras.
En definitiva, una película que se deja ver pero que no reinventa la rueda y que se puede hacer un poco pesada por su ritmo pausado. Recomendable para los muy cafeteros del cine vampírico.
Muchas gracias a Masacre por la traducción.