Bueno, lo del "Antonioni chino" es algo habitual ya... Yo hace años afirmaba que Ming-liang tenía una relación evidente con Antonioni, del mismo modo que Hou Hsiao-hsien la tenía con Tarkowski. Ahora, un tiempo después, el pobre Antonioni está tan manoseado que ya me cuesta recordar que cine hacía, puesto que se le saca por todos lados y con las escusas más triviales, generalmente, un cine de la incomunicación (en definitiva, allí donde hay dos personas que no se entienden, allí sale el hombre al medio). Lo cierto, es que el cine de la incomunicación no era precisamente ninguna patente suya, y que esa incomunicación era realmente el tema que atraviesa todo el cine de los primeros sesenta, hasta su película ejemplar, aquella tras la que ya nada podía seguir siendo igual (y no lo fue): Pierrot le fou, de Jean-Luc Godard, con una frase que le decía Anna Karina a Jean-Paul Belmondo, allá, a orillas de una playa paradisíaca (que tenía poco de paraíso): "Tu me parles avec des mots et moi, je te regarde avec des sentiments" ("Tú me hablas con palabras y yo te miro con los sentimientos"), evidenciando una ruptura evidente entre el "ser" y el "pensar".
En definitiva, Antonioni está, pero como están otros (como bien indicas). Pero es que tampoco hay que ir muy allá, en vista de que el propio Tsai Ming-liang revindica una y otra vez no el cine italiano (que tenía a Antonioni, sí, pero también a Ferreri, por ejemplo), sino el cine francés, el cine francés de la nouvelle vague, con referencias a Truffaut y a Léaud (obvias en ese Lee Kang-sheng que crece a la vez que su cine, explícitas en What time is it there?).