La película cuenta la historia de una joven dependienta de un restaurante y un estudiante de medicina. El misterioso pasado de ambos personajes se va revelando lentamente a través de sucesivos recuerdos que explican tanto el origen como la razón de ser de cada uno de ellos. Se plantean así temas como el destino, el determinismo de la sangre o la confianza ciega en la ciencia como posibles alternativas a la justificación de las acciones del ser humano.
Desde el punto de vista del estilo, la película posee una clara influencia del cine francés de la época, reconocible en aspectos como la configuración del encuadre, el hermoso punteo de guitarra que da ritmo a gran parte de las secuencias o el contenido estilo de actuación de los protagonistas. Posee, asimismo, un tiempo lento, nostálgico, en el que lo importante es el ritmo acompasado que marcan los recuerdos y las reflexiones más que los acontecimientos en sí mismos. Sorprende la enorme belleza y complejidad de muchos encuadres (angulaciones, movimientos, etc.), así como la hermosa fotografía en general. La película no elude el melodrama; sin embargo, gran parte de su encanto reside en que tampoco permanece mucho tiempo en él.