Seguramente la cosa más interesante de esta película es su director, y no precisamente por eso, por dirigir, sino por su labor de actor, porque este hombre es el protagonista de las primeras películas de Nuri Bilge Ceylan (y premiado en Cannes por su papel en Lejano). Y algo se le debió de quedar (no todo) de esa relación, porque Home (o Yurt) bebe bastante de ese primer cine de Ceylan, aunque parece ser que no lo acabó de entender del todo. Así, hay como una especie de transmutación: mientras en Ceylan una montaña es un gesto, en Özdemir, una montaña es una montaña. Frente al gusto chejoviano por el pequeño detalle de Ceylan, Özdemir prefiero (por lo visto gran aficionado a la montaña), los espacios abiertos y abrumadores en los que el hombre no es más que una cosa bien pequeña. Por decirlo brevemente, frente al fino trazo de su Ceylan, tenemos el trazo su trazo grueso.
La película se deja ver, es breve, trata una historia de un hombre que vuelve a su pueblecito natal el busca de algo (que ya no existe), y la ambientación es sobervia.
Fuera de eso, la tengo por ahí. Aprovechad
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