Pues eso, una película magnífica, con una historia simple, pero que llega.
Deja un cierto poso de tristeza, con ese personaje con grandes principios que los lleva hasta las últimas consecuencias, aunque finalmente no consiga sus objetivos (o sí: vivir como piensa que debe hacerlo).
Un logro importante de la película es, precisamente, que no es para nada moralista ni pretende serlo. El final lo demuestra.
Imprescindible.
MieMie.