Nuevo encuentro con el escritor de novela negra (aunque más bien parecen de misterio que lo que entendemos por novela negra) Seicho Matsumoto, The shadow within, dado que su filmografía nos ha llegado muy fraccionada, es un salto importante desde Zero focus. No ya solo porque nos encontramos con el color, sino porque el cine japonés hizo un largo recorrido en los años sesenta y claro, es complicado seguir haciendo cine igual. Y desde luego, Nomura no lo hace.
De nuevo nos encontramos ante una película de intriga, como lo era Zero focus (The chase, para mi, es un policiaco con drama de fondo). Curiosamente la película avanza y avanza y Nomura no acaba de mostrar sus cartas. En ningún momento sabemos dónde va a estar realmente la intriga en esta historia de infidelidades, pese a estar punteada con sus habituales flashbacks (aquí algo psicodélicos, alterados en el color y con un grano furioso), hasta que bueno, todo empieza a coger cuerpo y la película abandona el costumbrismo para entrar en lo inquietante, en la intriga.
A mi lo que me ha sorprendido de esta película es que es muy setentera, pero a la francesa. La música, la estética, es muy de película francesa de los años setenta. Nomura sigue conservando los elementos marca de la casa (trenes... no puede faltar un tren... ¡ni que fuera Hou Hsiao-Hsien!
; planos tremendamenta alejados, incluso en avión; sus flashbacks, como decía), pero se mete a probar nuevas cosas, como esa manera de filmar el pasado o mezclar el blanco y negro con el color, además de ser mucho más simbólico (los cuervos, por ejemplo).
En fin, otra gran película, sin duda.