Ya está aquí la tercera entrega del famoso Rebuild of Evangelion, el capricho de Hideaki Anno que tras fracasar como director de cine "live action" regresó a su obra maestra para escribir una variación de la misma pensando en el formato cinematográfico. Si la primera parecía un mal resumen de los primeros capítulos de la serie y la segunda era algo más prometedora (aunque fuese solo la antesala), esta tercera creo que es la única que ha conseguido colmar mis expectativas, si bien sigue sin acercarse al nivel de la serie. Son dos cosas distintas, claro, pero Hideaki Anno parece que no quiere sacrificar nada de la serie y a veces uno tiene la sensación de que hay demasiadas elipsis y la narración se amontona de hechos que te gustaría que fuesen tratados con más tiempo.
El golpe maestro de Anno es llevar Evangelion catorce años al futuro, con lo que se carga la horrible The End of Evangelion y aspira a darles a los fans un final a su epopeya. A mi el final de la serie me gustaba mucho, sobre todo por lo que tenía de experimento, por cómo se pasaba por el forro todas las convenciones de la animación japonesa, prefiriendo el relato íntimo a la épica mecha. Así, los protagonistas ahora son adultos (aunque no lo parecen) y Shinji Ikari, que ha vivido 14 años en coma, ha perdido toda su juventud. Esto es interesante, primero porque ahora estamos ante nuevos personajes, que apenas ya le deben algo a la serie. Por fin Anno puede volar libre. Y segundo porque Shinji se vuelve un personaje (todavía más) melancólico, perdido en un mundo que no entiende, donde la siempre joven figura del enésimo clon de Rei Ayanami le recuerda a aquella adolescencia donde creyó haber conseguido una familia, o aquella infancia apenas recordada junto a su madre.
Como siempre, hay kilos de mitología Evangelion. Y muchos enigmas, ninguno resuelto y un montón de waddafuck que seguramente Anno jamás resuelva. Ahora que J.J. Abrams tiene tanta fama, alguien debería recordar que el primero en vender la moto como motivo narrativo fue un japonés.
Al igual que las entregas anteriores, las películas se dedican a mostrar el espectáculo tecnológico. Esto en parte es decepcionante, ya que la serie consiguió alcanzar un equilibrio magnífico, o más bien una evolución progresiva, desde el relato clásico de mechas contra extraterrestres, al retrato íntimo y metafísico. Eso no está tan bien, pero hay una idea de la fascinación hacia el futuro, hacia esos mechas gigantescos de aspecto monstruoso, que emociona. La animación alcanza un nuevo nivel y resulta otra variación más, menos reconocible que la argumental, sobre la serie original.
En fin, que ya solo queda una entrega para cerrar el círculo. A saber cuándo se estrena. IMDb dice que en 2013, pero no se lo creen ni ellos. 2015 y gracias.