La segunda parte de la trilogía está a la par que la primera, con una pequeña dosis más de erotismo y tortura. Al igual que la predecesora, consique sorprenderte y se renueva en muchos aspectos.
Sinopsis:
Un banal asunto de aborto clandestino conducirá al inspector Hanzo a las puertas de un misterioso convento: ricos comerciantes se reunen para satisfacer sus fantasmas sexuales más reprimidos con jóvenes vírgenes dormidas. Hanzo encarcela a la Madre superiora y le hace sufrir su famoso “suplicio de la red”. Ésta confiesa rápido: un alto dignatario del castillo de Edo (Tokio) es el instigador de este tráfico. Hanzo seguirá su investigación contra el parecer de sus superiores… (Asiateca)