A mí tampoco me gustan las películas en las que no pasa nada y se basan en tópicos o en personajes que malamente pretenden ser marginales o que sólo son una pose o en las que es ver lo mismo de siempre o las que se quedan en un hoyo y no salen de él, etc.
Pero esta película es todo lo contrario, no sólo pasan cosas, sino que la sutileza de los cambios es completamente natural, llena de vida, llena de esencia.
Una carrera, y de repente el hermano no está, ha fallecido. Un paseo en bici, y de repente un soplo de viento levanta la falda de la chica, aún respiran inocencia. Un momento a solas sentados, y de repente la chica besa al chico porque ya ha pasado a ser mujer. Y así cada paso de la película.
También podrías decir: "va, si al final nace un niño, ver un parto no es para tanto, los médicos los ven todos los días". Muy bien, pero no se trata de eso.