Mmm, no estoy seguro de que el atinado apunte
de
sesilu pueda verse como un comentario de la película, de manera que hay que remitirse a la cita de
Mario Vitale que puso
MieMie (¿dónde paras?
) a modo de sinopsis del film.
Y entonces ¿aparezco yo como comentarista? Uf. Me niego. Me limitaré a soltar unas cuantas cosas desparramadas. Menudo melodramón. No conecto nada con la historia. Pero ¿qué tiene Gosho que consiguió que viera esta película otra vez enterita?
Pues bueno, aparte de una mano magistral en lo suyo –dirigir–, pues tiene muy buenos actores. Mira que la Yoshiko Kuga nunca acaba de serme simpática, pero la verdad es que tiene pelis estupendas y ésta es una de ellas, pues es excelente su interpretación de esa chica consentida y tan prepotente como acomplejada y neurótica, muy merecedora, a ojos de quien esto escribe, de esas regañinas y bofetones que su verdadero padre (Tatsuo Saito, recuperado veterano del mudo...) le negó siempre y que constantemente busca en «mamá» Mieko Takamine (¡mira que llamarla 'mamá', en europeo! si eso no es freudiano...) y en su muy maduro (casi que podría llamarle «papá» también) amante (Mori), sin éxito porque los dos son unos buenazos.
Me hizo gracia leer la única reseña que hay en la imdb. El recensor protesta de que la película es un melodrama de estilo hollywoodiense y que no contiene esas «esencias» japonesas de alteridad que él busca. Que para eso ve una norteamericana. Me llama la atención la franqueza con que el tipo manifiesta su sed de exotismo. ¿Será por eso que vemos cine asiático? ¿Es turismo espiritual? Hala, ahí lo lanzo